El guisante (Pisum sativum)es una especie anual de origen incierto, probablemente de Europa y del oeste de Asia; ocupa un lugar importante en los cultivos del jardín, aunque la producción en gran cultivo es muy importante y gran parte de ella se destina a la industria de congelación o de conserva. Todos los tipos son de buena calidad, pero los guisantes frescos cosechados del jardín tienen un sabor diferente a los guisantes de conserva.

 

Las muy numerosas variedades de guisantes se clasifican en muchas categorías, según se consuman únicamente los granos (guisantes para desgranados) o la vaina entera (guisantes sin pergamino o cometodo) y según la altura de sus tallo (guisantes enanos, con 30 a 45 cm.; semienrame, con 50 a 80 cm., y de enrame, con más de 1 m. de altura).

Las variedades se diferencias también por la forma de los granos (redondos o rugosos) y por su color (amarillo o verde).

 

Por último, se pueden clasificar según su precocidad en guisantes muy precoces, guisantes precoces, y guisantes tardíos; esto nos da una indicación muy útil sobre la duración del cultivo, desde la siembra a la recolección. Para los dos primeros son suficientes 65 a 75 días, y para los últimos, 80 días o más.

 

El calor obliga a efectuar recolecciones prematuras, pues éstos se vuelven rápidamente harinosos y reducen la producción. Éste es uno de los mayores peligros que presenta la recolección, pues en un período de 2 o 3 días, un guisante pasa de ser de una excelente calidad a no poder utilizarse por ser excesivamente duro.

 

Las variedades de diferente precocidad deben emplearse para asegurar una producción continua y regular; las condiciones climáticas modifican algunas veces las previsiones. Los productores de guisantes para conserva deben tener siempre disponibles las maquinarias cosechadoras y los equipos para congelación o esterilización de los productos, necesitando una grande atención a las condiciones climáticas que reinan después de la siembra. Cuando el tiempo es cálido y el crecimiento de las plantas es rápido, una siembra cada diez o doce días proporciona recolecciones sucesivas; cuando el tiempo es frío, el desarrollo de las plantas es más lento y las siembras deben hacerse a intervalos más largos.

 

 

Los cultivos primerizos de guisantes dan generalmente los mejores resultados, pues éstos soportan mal los veranos cálidos y secos. Las variedades de grano redondo son las más rústicas y las más resistentes a las condiciones desfavorables de los suelos húmedos y fríos. No obstante, las variedades de grano rugoso, que soportan mejor el calor, producen a veces cosechas más abundantes y de excelente calidad. La recolección debe hacerse mientras los granos son todavía pequeños y muy tiernos.

 

Los guisantes se cultivan en todas las regiones, pero los climas templados y húmedos son los que mejores producciones proporcionan. Por dañarle el calor y el tiempo seco de verano, se adapta más a los cultivos de primavera v ocasionalmente a los de otoño. La mayoría de los terrenos ligeros y frescos, o de consistencia media, le son favorables. El cultivo va bien en terrenos recientemente puestos en cultivo (antiguas praderas roturadas o los terrenos alrededor de edificaciones después de su construcción). Solamente los excesos de cal o humedad le son perjudiciales.

 

Conviene recordar que el guisante es capaz de absorber el nitrógeno del aire para su alimentación, gracias a las bacterias que viven en simbiosis sobre sus raíces; se nota fácilmente su presencia, por formar unas nudosidades del tamaño de una cabeza de alfiler, a lo largo de todas sus raíces. Esta asociación es eficaz, puesto que el suelo queda enriquecido de nitrógeno después del cultivo.

 

Una ligera alcalinización del suelo favorece la actividad de las bacterias. La utilización de materias orgánicas mantiene la humedad del suelo.

 

Los cultivos primerizos de guisantes dan generalmente los mejores resultados, pues éstos soportan mal los veranos cálidos y secos. Las variedades de grano redondo son las más rústicas y las más resistentes a las condiciones desfavorables de los suelos húmedos y fríos. No obstante, las variedades de grano rugoso, que soportan mejor el calor, producen a veces cosechas más abundantes y de excelente calidad. La recolección debe hacerse mientras los granos son todavía pequeños y muy tiernos.

 

Las vainas se cogen cuando están llenas, manteniendo el tallo con la mano para no dañarlo, ya que éste es muy débil y frágil. Las recolecciones deben ser periódicas, a medida que se van desarrollando las vainas, sin que sean demasiado espaciadas, pues los granos se vuelven rápidamente duros cuando la temperatura es elevada. Utilizar los granos de la primera recolección para conservarlos congelados; en ella, todos son muy tiernos y no se corre el riesgo de encontrar vainas viejas, como sucede en las recolecciones posteriores.

 

Recoger muy bien las vainas de los guisantes cometodo, que tienen tendencia a producir pergamino con el tiempo.

 

En las zonas cálidas se puede sembrar desde octubre a diciembre, para recolecciones precoces o muy precoces. En el resto de España, las siembras se escalonan entre mitad de febrero y abril para las variedades de grano redondo y para los cometodo, y entre marzo y mayo para las variedades de grano rugoso. Es igualmente posible sembrar en mitad de julio las variedades muy precoces o precoces para recolectar en otoño (para mayor detalle. ver la tabla de la página anterior).

 

Con la ayuda del escardillo, marcar los surcos de 6 a 8 cm. de profundidad, separándolos 35 a 40 cm. para las variedades enanas y 50 a 60 cm. para las variedades de enrame; sembrar a chorrillo, para que las plantas queden cada dos o tres centímetros; después, cubrir con unos 3 cm. de tierra. Para parcelas de 3 m. x 4 m., elegir preferentemente las variedades enanas o semienrame.

 

Las primeras siembras pueden resguardarse con un túnel de plástico para protegerlas contra la intemperie y los pájaros; las mallas de plástico también son eficaces contra los pájaros. Cuando las plantas alcanzan 6 a 8 cm. de altura, colocar los tutores en las variedades de enrame. Los tutores, cortados en punta en la base, se clavan al lado del caballón. Se pueden utilizar también los hilos de plástico o de alambre, que pueden durar algunos años.

 

Posteriormente, los trabajos quedan reducidos a las binas y a los riegos cuando las plantas lo exigen. Al realizar las binas, hay que evitar entrecavar excesivamente para no remover las raíces; los guisantes, como casi todas las leguminosas, toleran mal el que se dañen las raíces, afectando posteriormente mucho a la producción.

 

Uso hortícola